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José Miguel Silva / @jomisilvamerino

Este libro es un esfuerzo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) y de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) por trazar una línea de tiempo sobre el consumo de pasta básica de cocaína en nuestro país.

¿Quiénes la consumen, desde qué edad y a qué riesgos están expuestos? La publicación está compuesta por cifras, testimonios, cuadros comparativos y análisis profesionales en torno a este problema que podría volverse inmanejable si no se toman medidas.

¿Cuál es el objetivo de publicar Pasta Básica de Cocaína: Cuatro décadas de historia, actualidad y desafíos ?
Queremos poner en el tapete el tema del consumo de pasta básica de cocaína (PBC), pues esta es la sustancia más adictiva que existe. Necesitamos tener información sobre qué está ocurriendo con la PBC. Encontramos información muy disgregada y junto a Devida decidimos convocar a todos los profesionales que habían investigado al respecto. Ordenamos lo recogido y lo sistematizamos. La publicación es el resultado final de todo esto.

¿Por qué el estudio se ubica en los últimos 40 años? ¿Desde ahí comienza el consumo de PBC en Perú?
Así es. Se inicia el consumo en la década del 70. Los profesionales de entonces trabajaban en el tratamiento de alcohol, de cocaína y de pronto empezaron a tener pacientes con una conducta algo distinta. Gente que sufría síndromes de abstinencia bastante agudo, con paranoia elevada. Una serie de factores reflejó que se empezó a usar otra sustancia. Lo que se empezó a usar era PBC. Ahí es cuando una serie de profesionales empezaron a investigar el tema.

¿Existe realmente conciencia en el Perú de qué es la PBC y cuáles son sus consecuencias?
Hay cierta conciencia, sí. Cuando hacemos las encuestas, la mayoría de la población conoce que es una sustancia de riesgo. Lo que falta es una decisión desde las autoridades para promover programas de tratamiento contra esta sustancia.

Los últimos estudios van derribando mitos sobre quiénes consumen ahora más la PBC…
En el ámbito universitario, 1,7% de los estudiantes consumen PBC. La cifra crece cuando hablamos de universidades privadas. Antes eso no ocurría, pues el consumo estaba centrado en los estratos más marginales.

La PBC no es una droga cara…
Efectivamente, es de fácil disponibilidad. Un ‘kete’ cuesta casi lo mismo que un pan. Es una droga altamente adictiva, barata y de fácil ubicación.

Un dato importante que está en el libro es que el consumo en niños es mucho mayor en zonas de selva. ¿Esto es porque hablamos de la zona donde se produce dicha sustancia?
Hay niños en la zona de selva que consumen PBC y su daño cerebral es altísimo. Mientras más temprano empiezas a consumir dicha sustancia o cualquier otra, las posibilidades de caer en dependencia es mucho mayor. El consumo se está incrementando de forma preocupante en zonas de producción.

¿Cuál es el perfil del consumidor peruano de PBC?
Ese es un gran vacío por determinar. Anteriormente había un perfil. Generalmente era hombre, de un bajo estrato socioeconómico, sin actividad laboral, en fin. Hoy vemos que la cosa ha cambiado. Están entrando otro tipo de población a consumir esta sustancia. Queremos hacer un llamado en torno a que la PBC es una sustancia de alto riesgo que está a la vuelta de la esquina.

¿Cuál es la edad promedio de inicio en el consumo de PBC?
Entre los 13 y 14 años. Esto es preocupante porque el cerebro del ser humano madura hasta los 20 años. Si en ese proceso de desarrollo del cerebro ingerimos sustancias como la PBC, se va a producir un altísimo daño.

¿Hasta qué punto llega el nivel de dependencia en un consumidor de PBC?
De cada 10 consumidores de PBC, seis van a hacer adicción. Es decir, el 60% terminan como adictos, ya sea en semanas o en meses. Revertir este proceso es complejo, toma tiempo y precisa de un tratamiento profesional.

Hace unos días se dictó sentencia contra los responsables del centro de rehabilitación Cristo es Amor, el local en donde murieron quemados más de 25 pacientes que se ‘trataban’ por problemas de adicción. ¿Este caso refleja la realidad del país en este tema?
El tratamiento de la dependencia a sustancia es importante porque muchos centros de tratamiento o comunidades terapéuticas no tienen un equipo de profesionales a cargo. La dependencia a sustancia debe ser tratada por gente capacitada. Muchas veces hay diagnósticos duales. Un paciente es adicto, pero también puede tener problemas psiquiátricos, neuronales o físicos.

Muchos exadictos se dedican a tratar estos problemas sin tener más preparación que su experiencia…
Esto no puede ser manejado por una persona que antes consumía drogas, se rehabilitó y piensa que su experiencia es suficiente para rehabilitar a otro. Nosotros sabemos que eso no es así. ¿Cómo manejar las depresiones, la ansiedad y los dobles diagnósticos? El simple deseo de ayudar basado en la experiencia no es suficiente.

No se trata solo de aislar a los adictos en un local y no dejarlos salir…
A veces un paciente entra en crisis por abstinencia, sufre paranoia, un deterioro orgánico, y la solución que muchos encuentran es golpearlo, maltratarlo y encerrarlo. Eso está muy alejado de la solución. Un profesional buscará un programa de medicación, un tratamiento sicológico y un proceso que pueda ayudarlo a salir de ese síndrome de abstinencia.

¿Existe un registro oficial de centros de rehabilitación?
Devida junto al Ministerio de Salud están trabajando para registrar a los centros de tratamientos profesionalizados. Ya salió la ley con la normativa sobre qué deben incluir estas instituciones. No obstante, qué está pasando ahora, muchos centros intentan sacarle la vuelta a la ley.

¿De qué forma?
Algunos de estos centros de tratamiento se están haciendo pasar por casas de oración. Al ser una casa de oración dicen: ¿Qué tiene que hacer Devida con nosotros si nos juntamos para rezar? Quieren huir del control. Nosotros queremos hacer un llamado a la población para que lleve a sus familiares con problemas de adicción a centros profesionales.

¿Cómo se puede saber qué centros brindan un tratamiento profesional para adicciones así?
El Noguchi, el Valdizán, el Larco Herrera, la seguridad social. Ellos tienen programas serios y profesionalizados. Además, hay orientación en Lugar de Escucha, de Cedro, o en Hola Franco, la línea telefónica de Devida. Ahí te pueden dar información sobre qué centros hacen un trabajo profesional. Mucha población no sabe esto y piensa que solo debe deshacerse del tema. Se precisa un trabajo coordinado entre la familia, el paciente, el médico y el centro de salud. El consumo altera no solo el aspecto personal del paciente, sino varios ámbitos del ser humano en su entorno social. Todos ellos deben reestructurarse de forma correcta.

La situación se torna más preocupante cuando el consumo de PBC es en mujeres y peor cuando están en periodo de gestación…
La mujer le pasa la sustancia a su bebé a través de la sangre. Ese niño al nacer tendrá el síndrome de abstinencia. El problema aquí es que no hay centros especializados para mujeres. Ellas necesitan un programa diseñado especialmente por su propia maternidad.

¿Por qué el problema del consumo de PBC no está en la agenda de prioridades no solo del Estado sino de la sociedad en general?
Muchas veces decimos: “¿consumidor de PBC?, ah, esos drogos que están en la vía expresa, en los ríos…”, y no vemos más allá. Hay que poner este tema en el tapete para que los padres conversen con sus hijos sobre el consumo de PBC que hoy se da en escuelas, universidades, bancos. El riesgo está a la vuelta de la esquina.