Quintana fue acribillado en Surquillo la semana pasada. (Foto: Cortesía Perú21)

Quintana fue acribillado en Surquillo la semana pasada. (Foto: Cortesía Perú21)

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Hugo Quintana Bardelli tenía un auto Lamborghini valorizado en US$350 mil, pero ninguna cuenta bancaria ni tarjeta de crédito a su nombre. Este hecho ha aumentado las sospechas en torno a su supuesta relación con mafias del narcotráfico y lavado de activos, pues el hombre de 45 años no tenía cómo acreditar los lujosos bienes que ostentaba.

El empresario, acribillado con armas de guerra en Surquillo, tuvo un restaurante en Lince que funcionó solo dos meses y desde septiembre de 2013 era representante de la empresa Amazing Car E. I. R. L. “Si no se justifica, puede estar vinculado a un ilícito”, señaló el coronel César Arévalo, de la División Antidrogas (Dirandro) de la Policía.

“Cuando hay empresas que no tienen mucho tiempo de haber sido creadas y hacen grandes cantidades de importaciones y exportaciones, esto es sospechoso”, añadió el representante de la PNP. Quintana registraba constantes viajes a Panamá y Colombia, por lo que la policía sospecha de su vínculo con narcos internacionales.

Una hipótesis que manejan los agentes es que Quintana fue asesinado para asegurar su silencio. El programa Cuarto Poder reveló que él fue detenido en Tacna en 1996 cuando intentaba pasar a Chile con 8 kg de cocaína. Aquella vez, dijo que la droga pertenecía a Sandro Puelles Dentone.

Actualmente hay una solicitud de EE. UU. para extraditar a Puelles Dentone y –sospechan los agentes– este quiso evitar a toda costa una confrontación contra su otrora socio. La segunda posibilidad es que Quintana pretendía ascender en una organización criminal, pero alguien quiso impedirlo de la forma más eficaz: asesinándolo.

El crimen también es un llamado de alerta para las autoridades. La propia policía ha reconocido que “en los últimos años no se ha visto” un asesinato de este tipo. “Podría ser un ajuste de cuentas o una promesa no cumplida, pero ambas son hipótesis que se ramifican del tráfico de droga”, añadió Arévalo.

Para el exdirector de la PNP Luis Montoya, es poco convencional la forma en que fue asesinado Quintaba Bardelli, por lo que “los sicarios estaban seguros de lo que hacían”. “Generalmente un sicario se centra en su víctima y viaja en un vehículo más ligero”, destacó el general en retiro.

Según los testimonios de los testigos y el trabajo de los peritos, Quintana subió a su auto y delante de este había estacionado un BMW. Cuando pretendía partir, el otro vehículo le impidió el paso y bajaron dos sujetos: uno con una ametralladora y otro con una Mini–Uzi, ambas armas prohibidas para uso civil.

Los impactos de bala en el parabrisas y el resto del auto confirman que los sicarios son personas con entrenamiento militar. Incluso se sospecha que el acompañante de Quintana lo traicionó y avisó a los hampones de en qué momento atracarlo.

“Este tipo de armas tiene una cadencia de tiro que si no sabes manejarlas bien, los disparos se van para todos lados. Ellos han sabido y eso se ve en el auto de Quintana: mira cómo los tiros están bien agrupados en el parabrisas”, relató el jefe de sistemas de Lima Guns y experto en armas, Jason Rivas Otaiza.

(Foto: Cortesía Perú21)

Imágenes del momento posterior al crimen muestran cómo un hombre de tez morena –que sería el amigo del empresario– sacó del auto el canguro de la víctima antes de la llegada de la PNP. Este caso todavía deja más dudas que luces.