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“Mubles dacuerdo al bostejo”. No se trata de un código indescifrable, sino del anuncio de una tienda de muebles en Jesús María. Los errores ortográficos han tomado por asalto las calles de Lima. En un breve recorrido, una reportera de Primera noticia halló verdaderos atentados contra el idioma.

“Respete las señales de tránsito sobre todo los que son de carácter obligatorio”, dice un cartel del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) en Tarapoto. Más allá de la evidente falta de concordancia, cabe preguntarse si existen señales de tránsito que los conductores y transeúntes no deben obedecer.

“Las erratas y errores desmerecen las publicaciones. Se da importancia al diseño, a una bonita foto o material, pero lo más importante es el contenido (…) Tenemos errores al alcance de la mano”, señala la presidenta de la Asociación de Correctores de Textos (Ascot) del Perú, Sofía Rodríguez.

“Tu decides hasta donde quieres llegar”, reza el colorido anuncio de un exclusivo gimnasio que olvidó las tildes en una máquina de pesas. Incluso en el portal de la Presidencia de la República hay errores: las mayúsculas no son tildadas en su página web.