Nelson Manrique: “Esta revocatoria ha sacado lo peor de todos”

Por José Miguel Silva (@jomisilvamerino

¿Esperaba que la campaña se desarrollo como finalmente ocurrió?

Yo tenía una impresión equivocada sobre el nivel de madurez política de nuestra sociedad. Primero, me parecía inverosímil que una revocatoria – que no tiene motivos, cuyos líderes afirman que no necesitan motivación porque la ley no los obliga, con una recolección de firmas, falsificaciones, compra de votos, reparto de alimentos – pudiera proceder. El manejo del Apra, que tiene mucha habilidad de infiltrarse en organizaciones en función de sus intereses, primero para que el Jurado Nacional de Elecciones decida acoger el reclamo de los revocadores y luego para poner una plazo de tres meses en una elección tan compleja. La manera en como el Apra se ha aliado desvergonzadamente en defensa de la corrupción, tapar lo de Comunicore, hacer una revocatoria con gente impresentable, que por eso mismo no da la cara. Aquí quienes están detrás son Alan García y Luis Castañeda, pero ambos no dan la cara. Por eso recurren a gente con la moral de Marco Tulio Gutiérrez.

Ha sido una campaña dura…
Llena de mentiras, suciedades e insultos. La campaña ha terminado sacando lo peor de todos. Siento que nos ha degradado a todos y no solo a los revocadores.

¿Llegamos a un domingo 17 de marzo en una cúspide de esta crisis en la sociedad que usted menciona?

No diría que esta es la peor crisis (de la sociedad) pero sí es un retroceso en la consolidación de un orden democrático, pensando en la democracia no solo como una institución sino más bien como una cultura o una forma de reconocer al otro, como una manera de procesar nuestras diferencias. Siento que en eso ha habido un enorme retroceso.

De pronto los choferes de combis terminan marchando con los apristas. ¿Cómo así llegamos a esto?
¿Cuál es la motivación del Apra? La candidatura de Alan García, eso es todo. No creo que haya un interés orgánico de ellos para aliarse con las mafias del transporte para avalar un caos como el que existe. Es cierto que Lima va creciendo, cada vez el tráfico será peor y por supuesto que se pisan callos al hacer reformas. Hay un instalarse en la informalidad en donde priman los intereses particulares. A la larga perdemos todos. Una vez, yo viajé a Alemania y mientras íbamos en un auto con un amigo llegamos a una esquina en donde no había semáforo. No había letreros ni policías y la gente decidió turnarse. Pasaban dos de ida y dos de retorno. Esa fue para mí una gran lección de civismo porque estamos viviendo en un país de ‘Pepe el vivo’, en donde te meten la combi.

Hablando de la definición de los partidos, ¿a usted también le ha sorprendido la posición que ha tomado Lourdes Flores en la revocatoria?

Me alegra mucho. Lourdes Flores se ha ganado una simpatía en la izquierda. Su hidalguía para ir al homenaje a Javier Diez Canseco. Las palabras de reconocimiento que le ofreció a pesar de sus diferencias ideológicas. La firmeza con la que el PPC está defendiendo la institucionalidad es muy importante.

Si bien el último mes se apreció un crecimiento del No en las encuestas, en la última semana este se detuvo. ¿Por qué cree usted que ocurrió este freno?
Es una campaña muy reñida. Errores y omisiones tienen su correlato inmediato. Por otro lado, si bien no podemos hablar de encuestas ahorita, mi olfato me dice que las cosas están cambiando. La desesperación de la gente del Sí, son cosas que hace alguien que siente que está perdiendo.

Esta imagen que dio el Sí en el debate. Aparecer solo un bloque, darse la vuelta, salir y quejarse. ¿Cuál es el mensaje que se le da al electorado indeciso?
Dejan una imagen de impresentables. No dan la cara. Siguen la lógica del ‘miente, miente que algo queda’, pero no aparecieron en el debate. Ahí tenían la oportunidad para defender su posición ante mucha gente y sin embargo salieron corriendo. ¿Ir a los noticieros o a la televisión? Bueno eso les sirve para repetir la paporreta de las mentiras sin confrontar ideas.

Si Susana Villarán gana el domingo, igual va a tener un altísimo porcentaje en contra. ¿Por qué este alto rechazo o desconfianza hacia lo que ella dice o hace?

Creo que su error capital fue el aislamiento político. No sé si fue soberbia, creer que ella fue la depositaria de los votos de manera exclusiva, deshacerse de sus aliados, y de mala manera. Luego creer que podía manejar todo con un grupo de jóvenes tecnócratas sin experiencia política. Así terminó sola frente a una derecha que tenía sangre en el ojo y que al primer día inició la campaña (para sacarla). Hubiera sido distinto si Susana hubiera tenido bases políticas. Yo espero que si Susana gana, lo primero que haga sea buscar un conjunto de alianzas que le den una base para continuar su mandato.

¿Concuerda usted con aquellos que ven como un error la primera etapa de Villarán declarando contra Comunicore, contra el ‘Cristo del Pacífico’… ganándose enemigos supuestamente en todos lados?
Creo que era importante hacerlo. Había que limpiar el establo porque olía mal. ¿Si eso le iba a generar enemigos? No creo que esos sean los pobladores de pueblos jóvenes sino los corruptos. No hay manera de no ganarse enemigos entre los corruptos salvo que uno termine siendo cómplice. Y entre ser cómplice y ganarse el odio de los corruptos, mejor lo segundo.

El colectivo Ciudadanos por el Cambio, del expresidente del Consejo de Ministros Salomón Lerner Ghitis, es una de las principales fuerzas que apoya a Villarán. Cuando ellos salieron del gobierno de Humala arremetieron contra Luis Favre y sin embargo ahora lo recomiendan como ‘salvador’ de Villarán. ¿A qué se debe esta Favre-dependencia, es tanto un gurú como se le dice?

Veo una diferencia acá. Favre con Humala era un publicista pero también un asesor, y era inevitable el choque con quienes entraron con Humala. En el caso de la revocatoria me parece que ha sido contratado como publicista y punto. No creo que haya celos por el papel de Favre.

Muchos esperan que pierda Villarán para decir que perdió la izquierda…
Eso es ridículo porque ella se deshizo de la izquierda. Es apoyada por la Confiep, por el PPC, por PPK, por Raúl Diez Canseco. ¿Son tontos útiles de la izquierda? No, simplemente constatan que la política que está llevando es abierta a la inversión privada. No tienen temor de que apoyar a Villarán sea ‘construir el comunismo’. Y por parte de la izquierda creo que hay una cierta distancia. Eso me parece interesante porque las fronteras no son ideológicas. Hay una confluencia entre izquierda y derecha en torno a la consolidación de valores, del sistema político y de la democracia.

¿Cómo la ve usted a Susana Villarán? Pasar de ganar sorpresivamente las encuestas ante la salida de Kouri, luego el ‘potoaudio’. Un tiempo después ya quería reelegirse y sin embargo ahora está casi contra las cuerdas, aceptando incluso que no volverá a postular al cargo de alcaldesa.

Primero quiero decir que me parece una persona trabajadora con una fibra determinante para resistir lo que está resistiendo en este momento. En segundo lugar, me parece que está teniendo un aprendizaje político a un costo tremendo. En política los errores se pagan, pero el precio que le toca a Villarán es muy grande. Ahora es cuestión de ver su capacidad para aprender de esto.

¿Qué haya dicho que en caso de perder se va a su casa es como tirar la toalla definitivamente?
Asumo que todos los políticos dicen eso en algún momento de su vida. Si en algún momento regresan no creo que ‘traicionen su juramento’. Esto es parte de ser político.

Gracias a los sondeos, cada fin de semana nos encontramos con que si la revocatoria gana, Luis Castañeda es el favorito para volver al municipio. ¿Por qué?

Castañeda Lossio es un político que ha gobernado con encuestas. Sondeos permanentes para ver qué era lo que quería la gente. Su gobierno estaba en función de mantenerse vigente y no de solucionar los grandes problemas de la ciudad. ¿Qué cosa daba réditos políticos? Es evidente que esto funciona en sectores de la sociedad limeña o la peruana. Tenemos que aprender a superar esto de buscar solo ganancias inmediatas, porque al final terminamos ocultando contradicciones o grandes problemas no resueltos como el transporte o la comercialización de alimentos.