(Foto: Kremlin.ru)

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Este 29 de mayo será fundada la Unión Económica Euroasiática (UEEA), y el acontecimiento será sellado el 1 de enero de 2015 por los presidentes de Rusia, Kazajistán y Bielorrusia. Estas fechas están relacionadas en algún modo con la actual crisis ucraniana. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha buscado en los pasados años, y por diversos medios, ganarse al eslavo país vecino para su proyecto antagónico a la Unión Europea.

Por presión de Moscú, el entonces presidente ucraniano, Viktor Yanukóvich, congeló el acuerdo de asociación que ya había sido negociado por su país y el bloque comunitario europeo. Con ello desató una revolución que finalmente lo depuso del cargo. Con ello quedó claro que Ucrania ni participaría en la UEEA.

Por eso es que solamente quedan tres países que ampliarán la unión aduanera que existía desde 2010, y la convertirán en un instrumento de cooperación política y económica. La meta estratégica es descrita así por Andrei Susdalzev, del Instituto de Negocios HSE en Moscú: “Sin un grupo propio de integración rápidamente desarrollado, Rusia no podrá presentarse como superpotencia”.

No se trata de restablecer el imperio soviético, dice Vladimir Sharijin, vicedirector del Instituto GUS, cercano al Kremlin. En cambio, los países participantes se esfuerzan por lograr un espacio económico común lo más grande y eficiente posible, agrega.

“Una de las causas por las que fue fundada la UEEA es el estancamiento en la formación de una alianza entre Rusia y la Unión Europea”, dice Sharijin en entrevista con DW. A raíz de esto, Rusia decidió impulsar una zona económica propia, siguiendo el ejemplo del TLCAN en Norteamérica, y de Mercosur en Sudamérica.

Bloque económico

Sergei Prijodko, del Instituto Gaidar, coincide en que la fundación de la UEEA obedece ante todo a motivos económicos. “Nadie quiere la mayoría de los productos rusos, salvo los viejos clientes. Por eso la alianza conviene tanto a los rusos como a sus socios”, dice.

El experto no cree que la nueva unión económica vaya a funcionar de manera estable y eficiente. Culpable de ello no es la crisis ucraniana, sino el estado actual de los países miembros, e incluso de socios potenciales como Armenia y Kirguistán, los cuales muestran niveles de desarrollo demasiado distintos.

Andrei Susdalzev, otro especialista en asuntos rusos, ve otro problema: la presencia de regímenes autoritarios como los de Kazajistán y Bielorrusia, con los cuales es difícil imaginar una cooperación a nivel muy profundo.

Desde Alemania, Rainer Lindner añade que en el panorama de la nueva UEEA “hay dificultades de compatibilidad, por ejemplo, con la Organización Mundial del Comercio”. El experto de la Comisión Este de la Industria Alemana dice que, con respecto a la UE y la UEEA, “no debe permitirse que ambas partes se bloqueen mutuamente. Es necesario encontrar un modo para establecer políticas comerciales entre la Unión Europea y la Unión Euroasiática. Esto no se ha logrado, y seguramente será tarea que tomará varios años”.

(Fuente: Deutsche Welle )