Sus amigos lo describieron como de actitud tranquila, desapegado de lo material y bastante sano. (Foto: emol.com)

Sus amigos lo describieron como de actitud tranquila, desapegado de lo material y bastante sano. (Foto: emol.com)

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Ramón Castillo Gaete, el líder de una secta chilena que se suicidó en Cusco tras ser acorralado por la policía por asesinar a su hija recién nacida, fue un joven que llevó una vida acomodada y un aficionado a la música, indicó emol.com.

El llamado ‘Antares de la luz’* era el menor de tres hermanos y el único hombre de su familia*, por lo que contó con una relación bastante cercana con su madre. Estudió en reconocidos colegios de Santiago de Chile, fue líder de su grupo de scouts y su afición por la música lo llevó a cursar Pedagogía en Música en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Sus amigos lo describieron como de actitud tranquila, perseverante y cauta, desapegado de lo material y bastante sano. Resaltaron su afición por las mujeres y su apasionamiento.

Indicaron que fue un viaje a China, en diciembre de 2006 y junto a su grupo musical Amaru, el que “definitivamente lo cambió”. Un compañero de la banda indicó que después de esta gira, Castillo llegó con otra aura, aunque no le pareció “tan auténtica”.

“Su suicidio fue un acto para castigar al mundo que no quiso reconocerlo”, indicó el sociólogo Humberto Lagos en TV Chile. Además, previno que sus seguidores podrían querer imitarlo para reunirse con su líder.

Agregó que no se trata de perturbados mentales sino de radicales que distinguen perfectamente entre el bien y el mal. “Él creía perfectamente que los embarazos se daban por acto del demonio, porque se consideraba parte de la divinidad, y esta no puede reproducirse ni multiplicarse en la forma que los seres humanos lo hacen.”