(Foto: Cortesía Radwan Mortada)

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El berlinés Denis Cuspert, alias Deso Dogg, se movía antiguamente en el círculo del hip-hop alemán; hoy combate junto al grupo Estado Islámico en Irak y Siria, EIIS (ISIS). Es el caso más conocido de un alemán que primero se convirtió en predicador salafista y luego partió a la “guerra santa”. El exrapero es considerado líder de la unidad de combate “Brigada Alemana de Millatu Ibrahim”, que está siendo investigada por la fiscalía germana, según informaciones de la revista Focus.

También en España acaba de ser detenido un grupo de presuntos terroristas del EIIS, que habría intentado reclutar en el país combatientes para luchar en Siria e Irak.

Sabido es desde hace tiempo que en el EIIS no solo combaten voluntarios de los países árabes sino también de Europa y Estados Unidos. De acuerdo con un estudio del King’s College de Londres, actualmente hay cerca de 3000 extranjeros occidentales activos en sus filas, entre ellos, unos 320 alemanes.

“Se considera que el EIIS es el grupo más agresivo entre las milicias radicales que actúan en la región; y, a todas luces, eso resulta especialmente atractivo para jóvenes que buscan orientación”, dice Falko Walde, especialista en Irak, de la fundación liberal Friedrich-Naumann en Amán.

Más voluntarios occidentales

La mayoría de estos combatientes son convertidos que han abrazado el salafismo, una corriente particularmente conservadora que tiene una visión idealizada de un “islam primigenio”.

El fenómeno no es nuevo. Ya poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, se detectó que islamistas alemanes partían rumbo a Chechenia para combatir contra el gobierno ruso.

Al comienzo eran solo unos pocos, pero, con la guerra de Afganistán, fue aumentando el número de voluntarios germanos para la “guerra santa”. Más adelante, la guerra civil siria se convirtió en imán para yihadistas occidentales.

El ministro alemán del Interior, Thomas de Maiziere, sospecha que islamistas radicales procedentes de Alemania colaboran también con el EIIS en Irak. “Sabiendo que el EIIS es la misma organización que combate en Siria, se puede ver fácilmente que también hay combatientes europeos en Irak”, dijo hace pocos días el ministro en una conferencia, subrayando que “eso, naturalmente, nos preocupa”.

Peligro en Europa

Es un asunto en extremo delicado para el ministro del Interior germano: a fin de cuentas, se trata de ciudadanos alemanes que, con una simple cédula de identidad, pueden regresar en cualquier momento a Alemania, radicalizados, quizá traumatizados, y con experiencia de combate. El servicio de inteligencia alemán habla de una “creciente amenaza” emanada de los que retornan y son recibidos como “héroes” por sus afines.

Los organismos de seguridad temen que estos yihadistas puedan utilizar su experiencia para realizar atentados en Europa. Según Falko Walde, ya hay un ejemplo alarmante: el ataque contra el museo judío de Bruselas.

“Fue perpetrado por un individuo que fue entrenado por el EIIS. Eso demuestra en qué medida el conflicto realmente traspasa fronteras”, afirma el entendido.

La relevancia militar de los voluntarios occidentales en Irak y Siria es ínfima. El EIIS dispone de más de 10.000 hombres y unos cuantos combatientes europeos, mal preparados, no influyen mayormente. No obstante, tienen importancia desde el punto de vista propagandístico, según hace notar Falko Walde: “Para el grupo terrorista, es muy importante poder decir que no solo cuenta con combatientes de Irak, Siria y los países del Golfo, sino que también de Europa”.

Es un éxito en materia de imagen, del que el EIIS saca el mayor partido posible en las redes sociales. Y eso puede redundar en el reclutamiento de más voluntarios para la yihad.

(Fuente: Deutsche Welle )

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