(Foto: turkpix/Flickr)

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La policía de Turquía repelió con gases lacrimógenos y cañones de agua a miles de manifestantes en la localidad de Soma, cerca de la mina en la que murieron casi 300 mineros el martes.

Algunos de los manifestantes arrojaron piedras contra la policía, mientras que cinco personas, incluidas dos policías, resultaron heridas.

La protesta, una de las muchas desatadas por la desdicha, ocurrió poco después de una conferencia de prensa donde los dueños de la mina negaron tener alguna responsabilidad por el desastre, informó BBC News.

El colapso de la mina ocurrió debido a una explosión que expulsó monóxido de carbono en los túneles de la mina mientras que 787 mineros trabajaban. Al menos 292 personas murieron, 363 escaparon, 122 resultaron heridos y 18 continúan desaparecidas por la tragedia, la peor de su tipo en toda la historia en el país.

El desastre pone en problemas al gobierno a pocas semanas de las elecciones presidenciales del 10 de agosto. En particular al primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, quien se espera que pronto anuncie su candidatura al máximo cargo del Gobierno.

Los detractores del político, conocido por su postura conservadora, acusan al Gobierno de no tener control oficial de los lugares de trabajo.

El miércoles, Erdogan anunció que habrá una investigación oficial para aclarar el accidente. Sin embargo, añadió que “Los accidentes forman parte de la naturaleza misma de las minas”, frases que desató el descontento popular.