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“No he matado a mi esposa. No soy un asesino”, dice Nick Dunne, el personaje que interpreta Ben Affleck en la adaptación cinematográfica de Gone Girl (Perdida) el bestseller de Gillian Flynn llevado a la pantalla por David Fincher.

La historia cuenta la desaparición de Amy (Rosamund Pike), lo cual desencadena una frenética búsqueda policial y convierte en sospechoso a Nick. Lo que podría ser una trata relativamente trillada cambia de rumbo a la mitad de la narración cuando descubrimos no solo que él tiene un amorío fuera del matrimonio, sino que ella no está muerta y finge su desaparición que su esposa sea culpado de su muerte. ¿A alguien le suena esto inspirado en Que el cielo la juzgue?

Amy parece tener todos los ases bajo la manga, pero el destino interviene y su lado oscuro le llevará a convertirse en una criminal.

Como es habitual, la ambientación conseguida por Fincher dota a la película de una atmósfera asfixiante que se introduce en los conflictos de los personajes.

Gone Girl se estrena el 3 de octubre en Estados Unidos.