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José Miguel Silva @jomisilvamerino

La casa escondida tendría que ser uno de los mejores libros publicados en este 2013. Once relatos muy bien logrados por Crisanto Pérez Esain, un escritor que, a sus 40 años, tiene el talento y la vitalidad para emprender textos mucho más grandes y exigentes en el futuro cercano.
Un español nacionalizado peruano, o más bien, un pamplonés nacionalizado piurano. Este autor ha echado raíces en Piura, ‘la ciudad del eterno calor’ y parece ser feliz viviendo allí, a miles de kilómetros del lugar en donde nació.

¿Qué hace un pamplonés en Piura?
Yo estudié filología hispánica en la Universidad de Navarra y fui alumno ayudante del profesor de Literatura Hispanoamericana. En el año 1999, un profesor de la Universidad de Piura (UDEP) le pidió a ese profesor de Literatura Hispanoamericana consejo sobre un maestro joven que pueda viajar a Piura para trabajar en la nueva especialidad de Lengua y Literatura que estaba abriendo la facultad de Educación de la UDEP. Ese profesor me llamó a mí. En principio iba a estar cuatro meses, pero la pasé tan bien que me quedé de marzo a diciembre. Y de ahí hasta hoy.

¿Antes usted ya había escuchado hablar sobre esta ciudad peruana?
Sí, en Pamplona yo solía colaborar con varias ONG. De hecho yo ayudaba en la ONG Pro Perú. Recogíamos material escolar que muchas veces era para pueblitos de Piura. Luego ya, al llegar allí, conocí a quien sería mi esposa. Me fui quedando, me hice peruano y hace casi cuatro años enviudé.

Me dice que vivió en Lima pero no le gustó mucho…
No es que no me gustara. Sí tiene cosas que están muy bien, pero yo soy una persona de distancias cortas. En Pamplona todo es cerca. En Lima las distancias son demasiado grandes. No es una ciudad que yo pueda dominar.

¿Le pareció una ciudad complicada?
Es cierto. Aunque por otro lado el trabajo en Piura me gustaba mucho. Allá trabajaba en la Facultad de Educación. El hecho de formar profesores me motivaba bastante y es algo que en Lima yo extrañaba mucho.

Le pasa quizás el efecto inverso a lo que ocurre con muchos jóvenes piuranos, que visitan Lima y ya no quieren regresar a su ciudad
Si piensas en una ciudad para divertirte entonces esa es Lima, pero si quieres vivir, trabajar tranquilo, cuidar a tu hijo, Piura está mucho mejor. Yo crío solo a mi hijo de cuatro años. Tengo en mi trabajo un ‘horario de mamá’ (7 horas). Además, en Lima todo te queda lejos.

Dentro de esta rutina que me comenta, ¿qué espacio ocupa la Literatura en su vida?
Me da de comer porque soy profesor de Literatura, y bueno, yo siempre quise ser escritor. Por eso estudié Filología, que es lo que se estudia en España para ser profesor de Literatura o crítico literario. Tras estudiar tanta Literatura como que se me secó la mano de escritor. Es algo que suele pasar cuando ves demasiada teoría.

¿Cuándo comienza a escribir cuentos?
En 2004 me doctoré en la Universidad de Navarra haciendo una tesis sobre Julio Ramón Ribeyro. Cuando tú lees a Ribeyro parece tan fácil que te animas a escribir. Entonces, en 2006 me propuse empezar. Era ahora o nunca, pensé. Como yo era profesor y crítico literario entonces creía que escribir mal iba a ser un tremendo roche.

¿Con quién compartías tus textos por entonces?
Básicamente con mi esposa y con algún amigo muy cercano. Luego quise saber qué tal estaban y empecé a enviarlos a concursos literarios de España. Más adelante envié uno al concurso Juan Rulfo, en Francia. Gané un par de certámenes, en otros quedé finalista y pues pensé que lo hacía bien. Escribí de forma continua hasta el 2009. Ahí falleció mi esposa y la vida se complicó un montón.

¿Es importante publicar no? Algunos dicen que no les importa que no los lean…
Publicar es una forma de que la gente conozca lo que hago. Llega un momento en donde quieres que la gente te pregunte por lo que escribiste. Buscas ese diálogo con los lectores. Al final, cuando escribes tratas de comunicarte.

¿Sobre qué parte de Piura escribe usted?
En los cuentos yo hablo sobre San Miguel (de Piura). Me gusta llamarla más así. En el fondo, lo que hago es una versión muy personal de Piura. No es tan reconocible. Si bien en algunos cuentos hablo de algunas calles, no hay localizaciones exactas.

Pero recoge usted elementos característicos de la ciudad, que muchos a veces no tocan en la actualidad, como los algarrobos (árbol característico en Piura), y algunas cosas más…
Claro, los algarrobos y las lluvias, el desierto, el pacazo (un animal), los matacojudos (la planta de un árbol), y más.

¿Hacia dónde va el escritor Crisanto Pérez Esain, quizás piensa escribir una novela?
Escribir cuentos es muy diferente a hacer novelas. Es como bailar ballet y bailar tango. Sí me gustaría hacer una buena novela alguna vez, y tengo lista una corta, pero pienso que a corto plazo seguiré con los cuentos. Los relatos de La casa escondida son mayormente escritos el 2006. Quisiera que mi obra pase menos tiempo ‘en el cajón’.

¿Vivir en Piura facilita acercarse al realismo mágico?
Sí. La ciudad está muy afectada por el entorno natural. En Lima casi no ves insectos, pero cada vez que llueve allá ves muchísimos. Por otro lado, Piura es una sociedad muy pequeña, que ha crecido mucho por el arribo de gente más que todo de la sierra. Se incorporan muchas creencias y formas de ver la vida.

¿Por dónde van sus gustos literarios, qué libros compra cuando va a una librería?
Me gusta mucho el cuento fantástico. En realidad el cuento hispanoamericano en general. Soy un fanático de Borges, pero también me gusta mucho García Márquez, Julio Cortázar, Horacio Quiroga, Juan Carlos Onetti y Ribeyro. La mayor parte de los que te menciono no encajan con el realismo mágico, pero bueno, no es que yo busque ser un autor solo de ese tipo. Eso sí, no me gusta la literatura costumbrista. Mis cuentos permiten una lectura más universal. Son textos en donde es importante la trama pero siempre con capas de profundidad.

Claro, son historias no muy complicadas…
La idea es que se dejen leer bien. No creo en la escritura fraccionada, poliédrica. Eso viene bien para la crítica literaria pero en el fondo cuando tú escribes piensas en el lector y quieres que este se entretenga con una buena historia.

En Árboles enanos hay un alcalde (El Dr. Munguía) que permanece durante años en el cargo y parece manejarlo todo. ¿Este dictador es ficción o existe?
Es ficción pero tiene que ver mucho con la realidad hispanoamericana. No por nada hay un género dentro de la novela hispanoamericana que es el género de la novela del dictador, que no existe en la novela anglosajona, ni en la española. Por alguna razón ese género existe aquí. En la historia, el doctor Munguía domina no solo el ambiente político de la ciudad sino también a las personas.

¿Lee usted a autores contemporáneos como Santiago Roncagliolo o Daniel Alarcón?
No estoy a la última en lecturas, porque me dedico a la crítica literaria a nivel universitario. No me da la vida para poder leer todo lo que me gustaría. Aunque de Roncagliolo me encanta su habilidad para escribir. Su facilidad para mezclar ficción y realidad. La cuarta espada me gustó y Abril rojo también. De Daniel (Alarcón) me gustó Guerra a la luz de las velas, tiene relatos muy buenos.

Finalmente, ¿por qué la gente tendría que leer el libro de cuentos La casa escondida ?
Porque estoy seguro que les va a gustar. Las historias inventadas merecen la pena ser contadas, y espero que merezcan la pena ser leídas. En La casa escondida hay un abanico de historias de todo tipo, con temas y personajes muy diferentes. Presento cuentos sicológicos, de terror, históricos y también simbólicos. Espero que disfruten mucho de ellos.