(Foto: Facebook / Gustavo Cerati)

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El 15 de mayo de 2010, una vez finalizado el concierto de Soda Stereo en la Universidad Simón Bolívar de Caracas, Gustavo Cerati se fue hasta su camarín y pidió un medallón de lomo y una ensalada. Quería dormir.

Minutos después, cuando el staff se preparaba para sacar unas fotos, reapareció vestido con un saco, camisa y jean. Estaba raro, según narró La Nación de Argentina.

“Lo miré y estaba blanco, con los ojos desorbitados y la boca abierta (…) No me lo olvido más en mi vida”, dijo tiempo después Adrián Taverna, amigo del cantante y su sonidista desde el nacimiento de la banda.

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Tras encontrarse con todo su equipo, volvió a su camarín, se sacó el saco, se abrió un poco la camisa y se desplomó sobre el sillón. Al encontrarlo, creyendo que solo se le había subido la presión, Nicolás Bernaudo, su asistente, llamó a los paramédicos para que atendieran al músico.

Sin embargo, estos tenían poca experiencia y no sabían qué hacer por Cerati, quien no podía hablar. Frente a esta incertidumbre, Charly, su kinesiólogo, pidió que fueran a buscar una camilla para evacuarlo.

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Gustavo Cerati todavía podía moverse por sus propios medios, pero lucía abrumada, todavía sin poder articular palabra. En ambulancia fue llevado hasta la clínica La Trinidad.

Cuando llegaron a este centro de salud, no había luz, así que fue derivado a otra clínica. El cantante seguía consciente, con los ojos abiertos, pero sin hablar. Al día siguiente entraría en un profundo coma a consecuencia de este accidente cerebro vascular que cuatro años después causaría su muerte.

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Gustavo Cerati falleció este martes y toda América Latina llora su partida.