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José Miguel Silva @jomisilvamerino

Con 67 años a cuestas, Juan José Benítez ha logrado sobrepasar decenas de fronteras con 57 obras escritas y más de 10 millones de ejemplares vendidos.

Pese a que ha brindado quizás miles de entrevistas en los últimos 40 años, parece siempre tener respuestas para una más.

En la portada del libro lo describen como “alguien que cree saber quién es y por qué está en el mundo”, ¿quién es JJ. Benítez?
Creo saber que soy una persona que ha venido aquí a cumplir un trabajo y creo saber qué es lo que me espera después, que no es poco.

En agosto de 2014 se cumplirán 40 años de su primera visita al Perú. ¿Qué fue lo que más le impactó de ese viaje?
Todo. Perú no era como ahora, había un caos importante, muchísima miseria y pobreza, pero, bueno, era un país muy hermoso, un país que me cautivó desde un inicio. Yo inmediatamente empecé con el tema de los grandes misterios de aquí. Me tropecé con las piedras grabadas de Ica, que me fascinaron. El tema ovni, por supuesto, Nazca y el Candelabro de Paracas. Perú me parece una tierra en donde no sabes dónde mirar, es un lugar fascinante.

¿Ese fue su primer viaje para investigar temas ‘desconocidos’?
Claro, yo había hecho otros viajes, pero por periodismo normal. Sobre el fenómeno ovni y los grandes misterios sí fue mi primer viaje a América y creo que me cambió la vida.

Ha escrito 57 libros y tiene 67 años. Es casi un libro por cada año de su vida. ¿Cuánto ha cambiado su forma de escribir en todo este tiempo?
No es lo mismo escribir un libro de investigación pura que un libro de ensayos. Yo ahora trato de trabajar con más calma. Al principio, las editoriales me agobiaban mucho exigiéndome cosas. Una editorial me exigió seis libros en un año. Solo pude hacer cinco. Los libros que yo hago requieren muchas cosas, viajar, emprender aventuras y utilizar mucho tiempo. Todo eso es muy costoso.

Mucha gente escribe libros que nadie lee. Usted ha vendido millones de ejemplares en todo el planeta. Cuando se sienta a escribir algo nuevo, ¿piensa mucho en ese público ganado?
Me siento y pienso de todo. Afortunadamente, cuando me siento a escribir, no pienso tanto en lo que me dices porque me agobiaría muchísimo. Aunque claro, sí trato de ponerme en el corazón y la mente de las personas que me pueden leer. Busco escribir cosas que lleguen a la gente con claridad – porque soy periodista – y con transparencia.

Usted no es católico, ¿en quién cree JJ. Benítez?
En el gran Dios, en el buen Dios, en el Padre.

¿Con el paso de los años ha cambiado su percepción sobre Dios?
Ha cambiado mucho. Antes yo tenía una idea de que existe un Dios y que no sabes muy bien quién es ni qué hace. Aunque claro, la Iglesia se encarga de malinterpretarlo y de usarlo para meterte miedo. Cuando yo recibo la información de los Caballo de Troya, me doy cuenta de que el Padre no es para nada así. Ahí le presto más atención y llega más profundamente a mí, hasta el punto que ya somos ‘de la familia’.

¿El Caballo de Troya 9 fue el que más le impactó como investigador?
El nueve sí, pero mucho más me impactó el número uno. Creo que cada libro tiene momentos muy especiales que uno cuando los analiza en conjunto, tienen más valor que individualmente. Por eso digo que cuando la obra esté terminada y redonda se podrá juzgar.

¿Por qué la saga llegó a tener tanto arrastre en todo el mundo?
Porque es un libro que dentro tiene luz. Si tú lo abres o cierras, encuentras una luz. Es un libro con magia, con algo especial que no depende de mí. Yo solo soy un instrumento y quien verdaderamente ha puesto ahí la magia es alguien muy superior. Eso llega al corazón de la gente y por eso es un libro que lleva 30 años. No es fácil permanecer ese tiempo en el mundo de la lectura.

¿Qué tanta importancia le da a quienes lo critican en Internet y en los medios de comunicación?
Cuando los cuestionamientos no tienen mucha base, son agresivos y destructivos, no me interesan. Si llegan a la difamación o al terreno personal, los llevo a los tribunales. Pero cuando son opiniones sin mucha base, no les presto atención.

¿Fue importante el peruano Sixto Paz en el presente de JJ. Benítez?
Bueno, no es que tenga que agradecerle tanto a él, sino más bien al grupo (que recibió a JJ. en su primer viaje a Perú). Había un señor que se llamaba Carlos Paz, que era el padre de Sixto, había un hermano que se llama Charly, una hermana también. En la calle Junín, de Barranco había un grupo y yo me contacté con ellos como periodista.

Usted ha podido viajar por todo el mundo. Si tuviéramos que comparar América con Europa. ¿En cuál de los dos continentes se cree más en la existencia de seres no humanos?
América, sin duda. Europa es más vieja, más escéptica, más fría. Ellos no creen en nada salvo en el dinero. Europa no es recomendable para nada, salvo para ver museos. En general, América es mucho más sensible, más abierta. Tiene mayor apertura y además es mucho más humana.

A pesar de que América es mayormente pobre y no tiene tanto acceso a la información como en Europa… La tecnología es importante, pero no es lo más importante. Aquí importa la inteligencia, la sensibilidad y la intuición. En ese aspecto, América deja atrás a todo el continente europeo. Sobre todo de México para abajo porque en Estados Unidos también son muy ‘cortitos’ mentalmente. América es una reserva de ilusión, de imaginación, de cariño y de esperanza.

¿Cuál es la conexión entre el tomo nueve de Caballo de Troya y El día del relámpago?
Digamos que es la continuación del nueve. Hay respuestas también de interrogantes que aparecen en los otros tomos. Tampoco puedo contar todo del libro.

¿Es cierto que se vienen dos partes más de El día del relámpago?
Sí, es posible que luego venga el tema de la vida pública de Jesús hasta que termina.

Hace dos años, en Chile, usted dijo que pensaba retirarse progresivamente de la investigación para dedicarse solo a escribir. ¿Cómo va el cambio?
Intenté retirarme y lo estoy consiguiendo a medias, porque el destino tiene otros planes. Sigo investigando y haciendo cosas. Aunque mi intención de verdad es, en algún momento, dejar todo en manos de gente joven y retirarme a pensar.

RELIGIÓN E IDEAS SOBRE LA IGLESIA

¿Por qué a la Iglesia le conviene decir que María era virgen?
Porque una vez, un papa en el siglo IV dijo que “¡cómo iba a entrar semen humano en María!”, que eso era un sacrilegio. Además, los judíos en un primer momento se opusieron a la idea de María virgen y lo hicieron con razón. Los que conocen las leyes judías de aquel tiempo se dan cuenta de que si eso hubiera sido cierto, Jesús hubiera sido un bastardo para los judíos y eso hubiera sido una ruina, porque se convertía en lo último de lo último y eso no ocurrió. Así fue como alguien empezó a decir que María era virgen y que Jesús era obra del Espíritu Santo. Esas son elucubraciones paranoicas que no se ajustan a las leyes judías del momento y menos a la sensatez.

Da la impresión que la historia ha ido cambiando según la forma de pensar de algunos…
Dios nunca crea problemas añadidos. SI a Jesús se le hubiera creado este problema en vida, sus enemigos le hubieran hecho la vida imposible. Además, Jesús no nace en diciembre ni en el año cero. Nace en el año menos siete (-7) y en verano. La Iglesia ha ido deformando, mutilando y cambiando (la historia) de acuerdo a sus intereses. Jesús nunca fundó la Iglesia.

Muchos están esperanzados en que un cambio de papa podría significar un cambio de rumbo…
Trata de entrar en un nido de ratas e intenta cambiarlos, es imposible. Las ratas son eso siempre. Ratzinger entró en ese nido y logró escapar. Siempre ha sido así. El Vaticano tiene gente noble arriba, pero la jerarquía en general está llena de ratas.

Precisamente algunos confían en que ese ‘esperado cambio’ pueda acercar más a los jóvenes a la Iglesia, pues hoy están muy lejos de ella…
Es que las nuevas generaciones son inteligentes y saben que toda esa multinacional, ese negocio no se sostiene. Tú no puedes predicar una cosa y hacer otras. Ahí falla sencillamente que no fue fundada por Jesús de Nazaret. El mensaje verdadero de Jesús fue enterrado.

¿Él se negó a instaurar una Iglesia?
Eso fue un invento posterior que nace a raíz de que esa gente que está alrededor de Pedro comienza a verse desbordada porque cada vez hay más seguidores. Ahí había que poner algo de orden pero eso es una tendencia humana, el establecer jerarquías. Jesús de Nazaret no tiene nada que ver en eso. Él vino aquí por cosas mucho más importantes, luego con el paso de los siglos todo eso se deforma más y claro, se sigue deformando.