Restrepo en su breve diálogo con La Prensa.

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José Miguel Silva @jomisilvamerino

Laura Restrepo ha escrito una novela fascinante. Un thriller que narra la historia de María Paz, una muchacha colombiana que llega a Estados Unidos en busca del sueño americano.

No obstante, ella, su familia y el resto de personajes se ven envueltos en muertes, rituales religiosos y sucesos inesperados que llevan al lector a un estado de constante conmoción.

“Charlie Brown, el dibujo animado, decía que no le gustaban las historias en las que a los personajes les pasaba de todo y que por eso él escribiría una historia con un solo personaje al que no le pase absolutamente nada. Bueno, yo hice todo lo contrario a lo que quería Charlie”, me dice entre risas antes de empezar esta breve charla sobre Hot sur.

Usted es colombiana, pero vive hace mucho en México. ¿Cuánto tiene de cada país Hot sur?
Tiene de México, de Colombia, de Perú y más. En realidad, yo quise hacer una especie de caldero en donde estuviéramos todos metidos. Hay personajes de todas las procedencias. Quise jugar mucho con los acentos recurriendo a amigos, por ejemplo. Le preguntaba a mis amigos dominicanos cómo sonaba esto o lo otro. Aunque sí hay mucho mexicano.

María Paz, la protagonista, por momentos pasa del optimismo a la negatividad y al rotundo pesimismo. ¿Cuánto le costó trabajarla dentro de la historia?
Aunque no lo crea, ella no fue el personaje más complicado. Hubo otros que se me complicaron más. Sentía que a ella la conocía de memoria y que hasta sabía cómo hablaba. Era como un alivio cuando llegaba a este personaje porque salía naturalmente. Su lenguaje parecía sonarme al oído y era muy natural.

Muchos reportajes y programas en sí buscan recoger testimonios de éxito sobre latinos en Estados Unidos. Su novela también tiene del otro lado. Los que no la pasan bien, huyen y quizás fracasan…
Bueno, aunque creo que también buscan lograr salir adelante y cumplir sus sueños propios. Una de las cosas que quise evitar, creo que uno de los tormentos del sueño ‘global’ americano, es dividir la vida entre éxito y fracaso. Creo que ambas cosas son mentira. Ni hay éxito ni hay fracasos, y salirse de ese esquema te da un margen de libertad mucho más grande. Estos personajes no son exitosos pero no por eso son más fracasados tampoco. Ahí van haciendo su vida en libertad y eso me parece un concepto más interesante.

Y el ingrediente de humor que hay en la historia. ¿Cuán útil fue este siendo Hot sur un thriller?
Bueno, creo que sobrevivir también implica mucho humor. El humor es una gran herramienta para combatir la adversidad.

En la dedicatoria de la novela coloca el nombre de Javier, un hombre que está recluido en un penal de Estados Unidos. ¿Cuánto hay de Javier en la historia en sí?
Javier existe, yo no lo conozco. Ha estado preso mucho tiempo y hemos mantenido una correspondencia a lo largo de más de 20 años. Muchos de los sabores y matices del relato de María Paz en la cárcel se los debo a él y por eso le dediqué el libro.

Usted sabe del éxito que ha tenido la serie El patrón del mal (sobre la vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar) en Perú. ¿Tendría algún problema con que su historia sea llevada también a las pantallas, quizás del cine o en una serie de televisión?
Mira, no, realmente no. Estaría muy bueno, sería un complemento estupendo y creo que daría para una buena serie. Aunque yo creo que mi tarea está hecha y que otro la retome es su asunto. Yo ya cumplí.

¿Cuál es su análisis sobre la situación que vive América Latina en este momento? Usted es una persona de izquierda.
A mí me parece muy interesante. Yo creo que América Latina, con todos sus errores, diferencias y tropiezos viene buscando nuevas salidas. Se ha entendido que las viejas fórmulas no van más y se están buscando nuevas formas de gobierno que tengan más en cuenta a los pobres, a las mayorías y a los errantes.

¿Por qué el público peruano tendría que leer Hot sur?
Me encantaría que lo hagan porque pienso que esta no es una historia colombiana sino nuestra, del continente, del sur.