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El papa Francisco inició las actividades de Semana Santa al oficiar hoy su primera misa de Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro del Vaticano.

El pontífice encabezó la celebración eucarística ante miles de fieles que llegaron a la sede papal provistos de ramas de olivo y hojas de palma, elementos que recuerdan la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.

Durante su homilía, Francisco animó a los fieles peregrinos a ser “humildes y jóvenes de corazón”, y además los invitó a ser felices siempre. “Un creyente no puede andar triste”, comentó.

Finalizada la misa, que duró aproximadamente dos horas, el papa se quitó sus paramentos rojos y vestido con una sotana blanca se subió a un papamóvil descubierto para circular entre la multitud.

Durante su recorrido, el pontífice estrechó manos y besó a bebés que le alcanzaban sus guardaespaldas.

El líder de la Iglesia católica prometió asistir al Día Mundial de la Juventud, que se celebrará en Río de Janeiro, Brasil, del 23 al 28 de julio.