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Por Antonio Seminario @antonio_riot
Fotos: Metallica.com

Él sacó un as de picas, ganó el sorteo y el derecho a dormir en la cama por la que todos discutían. Esa cama que pudo haber sido la última en la que pernoctaría cualquiera de los cuatro. Esa cama que pertenecía a otro miembro y que luego de la mala maniobra del chofer, salió expulsada por la ventana y fue aplastada por todo el peso del autobús. La suerte quiso que el 27 de septiembre de hace 27 años Cliff Burton estuviera en esa cama.

Considerado el noveno mejor bajista de la historia por la revista Rolling Stone, Burton fue el verdadero titiritero de la trascendencia de Metallica. Convenció a James Hetfield y Lars Ulrich de abandonar la ciudad de Los Ángeles y erigir su centro de comando en San Francisco, luego de que estos lo persiguieran para integrar la banda.

Pulling Teeth. Con Burton, Metallica lanzó en Julio de 1983 su primer disco: Kill´ Em All. En la única canción en la que tiene créditos su sello es notorio: distorsiones afónicamente rasposas combinadas con un pedal de wah-wah y una rabia que explotaba con su tapping.

For Whom the Bell Tolls. En el segundo disco de la banda –que lo catapultó como leyenda del thrash metal– Burton influía en las composiciones. Con brillantes solos y distorsiones melódicas muy bien logradas, hasta el punto de ganarse adjetivos de virtuosismo por una parte de sus seguidores, Burton ya se mostraba como un músico de culto.

Master of Puppets fue la canción de Metallica preferida de Cliff. El título dio nombre a uno de los mejores álbumes de la historia no solo del metal, sino de la música. Sin embargo, es otro el tema que habría rescatar. El séptimo tema del disco, Orion –compuesto casi íntegramente por Burton- es una epifanía brillante que lleva al éxtasis de violencia y la ira contenida de forma melódica.

Creeping death. Cliff era tan bueno que fue el único al que podría llamarse músico en Metallica. Escribía canciones que salían de su cabeza sin haberlas tocado antes. Entendía de teoría musical. Le enseñó al compositor y vocalista de la banda, James Hetfield –también su mejor amigo-, y a sus otros compañeros a fidelizar su música, a entender sus poemas, estallar en cada presentación y apasionarse por la literatura de terror.

“Uno de mis sueños es tener una casa. Ahora vivo con mis padres, pero como estoy de gira, puedo decir que no tengo. Tal vez un día, si consigo el dinero, me compraré una”, fue el último deseo de Cliff en una entrevista a un medio sueco 14 horas antes del accidente fatal. También ironizó sobre el bus que los transportaría a su siguiente concierto.

En la carretera de Estocolmo a Copenhague, en el amanecer del 27 de septiembre de 1986 y a 3.7 grados centígrados de temperatura, cuando las manecillas se movían para apuntar las 6:15 de la mañana, Clifford Lee Burton murió a los 24 años.

The Call of Ktulu. Cuando establecieron las causas de su muerte, el cuerpo de Burton, frío e inerte, presentó un cuadro de expresionismo gore: comprensión torácica con una contusión pulmonar, es decir, el pecho hecho añicos.

La noche anterior, los cuatro miembros de la banda echaron la suerte para ver quién dormía en la cama privilegiada –por ser la más cómoda- que pertenecía a Kirk Hammet. Ganó Burton, pero murió luego de que el chofer del bus se despistara y, al intentar volver a la carretera, provocara la rotación del bus.

El vehículo dio varias vueltas de campana hasta que la cama que abrigaba a Burton (con él encima) voló por la ventana, el bus cayó luego sobre su cuerpo. El chofer no estaba ebrio ni se había dormido. Burton fue velado en San Francisco, el centro de comando de Metallica. Fue cremado y sus cenizas se esparcieron en el rancho de Maxwell, en Castro Valley, California.

To Live is To Die. Burton dejó un poema inconcluso para el siguiente disco de Metallica, …And Justice For All; una pena profunda en sus seguidores y un eslabón suelto de lo que podría haber pasado en la carrera de un gran bajista que recién se formaba como estrella.

Tras la muerte de Cliff Burton, Metallica lanzó el VHS/DVD Cliff´ Em All, donde recopila las apariciones del bajista con la banda. Dave Mustaine, líder de Megadeth y exguitarrista de Metallica, le compuso y le dedicó el tema In My Darkest Hour. La banda de thrash metal Anthrax le dedicó su álbum Among the Living, junto a un símbolo epitáfico con las palabras: Los pantalones de campana reinan, ríete de ello, te extrañamos.

Influenciado por Misfits, Black Sabbath y Thin Lizzy, Burton será siempre recordado como el genio del bajo que fue columna en Metallica y el músico clave para una nueva ordenanza musical que el mundo conocería como thrash metal. Vivir es morir, Cliff. Gracias por hacernos morir con tus composiciones. Hasta siempre, maestro.